Hay silencios que son gritos,
miradas que son caricias,
abrazos que son liturgia.
Hay huellas que no se borran,
surcos que son cauce de lágrimas,
ternura donde germina nueva vida.
Hay manos que te aferran,
gozos que alimentan el alma,
paisajes nuevos,
risas que son memoria y
mensajes de buenos días.

La poesía siempre me sirvió para expresar lo que apenas sabía balbucear. Vaya hoy mi poema al aire a la espera de recuperar la narración.
Pepa